Ana Alejandre
Ernest Hemingway |
Siguiendo con el ciclo de los escritores suicidas, Ernest Miller Hemingway (Oak Park 21 de julio de 1899 - Ketchum, Idaho, 2 de
julio de 1961), ocupa un puesto
principal. Su obra es un referente
obligado dentro de la literatura norteamericana del siglo XX, por su gran
influencia en escritores de generaciones siguientes, debida a su estilo
inigualable en el que la sobriedad y
concisión tienen un papel relevante; así como por el retrato que hace de la
época en la que vivió y que abarca más
de la mitad del pasado siglo. La mayor parte de la obra de Hemingway fue escrita durante las
tres décadas que van desde 1920 a 1950.
Su primer trabajo fue de periodista en el Kansas City Star, al finalizar los estudios secundarios. Después, en 1918, se alistó voluntario como
conductor de ambulancias, durante la I Guerra Mundial, en la que fue gravemente
herido, por lo que regresó a su hogar tres meses más tarde, y cuyas
experiencias bélicas le sirvieron de inspiración para su novela Adios a las armas, obra que no fue publicada hasta 1929, A partir de entonces, siguió con su
trabajo periodístico y fue en 1921, cuando contrajo matrimonio con Hadley Richardson, con quien marchó a
París para trabajar allí como corresponsal extranjero.
En París recibió una gran influencia de los artistas de las distintas
vanguardias modernistas que formaban parte de la extensa comunidad de exiliados
de diferentes países, a cuyo conjunto se le conoce como la Generación Perdida
de la década de los 20. Fue entonces cuando conoció a Pablo Ruíz Picasso, James
Joyce, Gertrude Stein y Enrad Pound, entre otros muchos nombres famosos. Su
primera novela “Fiesta”la publicó en
1926, que cuenta la historia de un grupo de norteamericanos y británicos,
miembros de la llamada "generación perdida", que van y vienen sin
rumbo fijo por España y Francia. La crítica considera a esta novela como una de
las más logradas estilísticamente de este autor.
Después del fracaso de su primer matrimonio que finalizó en divorcio, en
1927,volvió a contraer segundas nupcias con
Pauline Pfeiffer, después del regreso de Hemingway de España, donde había sido corresponsal de guerra durante la Guerra Civil Española desde marzo de 1937, matrimonio que también terminó en una nueva separación, Su corresponsalía era del North American Newspaper Alliance (NANA),
y llegó a España acompañado del cineasta holandés Joris Ivens que estaba
rodando la película Tierra de España y
le había ofrecido a Hemingway que se
hiciera cargo del guión, por el abandono de John Dos Passos, después de que los
republicanos hubieran detenido y ejecutado a su amigo Rafael Robles, profesor y
traductor español, que había traducido a Dos Passos y con el que mantenía una
estrecha amistad desde que se conocieron en Madrid, en 1916. Este luctuoso
hecho le hizo cambiar su opinión a Dos Passos sobre la facción republicana. A
partir de entonces, hubo un gran distanciamiento entre ambos escritores por
acusar Hemingway a Dos Passos de haber abandonado España por cobardía.
En 1929 publicó “Adiós a las
armas”, una historia sentimental y con trasfondo bélico, situada
espacialmente en Italia durante la guerra, inspirada en sus experiencias
durante la I Guerra Mundial como camillero.
Durante su estancia en España estuvo acompañado por la periodista Martha Gellhorn a la que había
conocido en la Navidad de 1936, en Cayo Hueso. El conflicto bélico español le inspiró
su novela “Por quién doblan las campanas”,
novela publicada en 1940 y que obtuvo un gran éxito de ventas y fue llevada
al cine. Después de ello, contrajo su tercer matrimonio, esta vez con Martha,
tras un doloroso divorcio de su segunda esposa, Pauline, aunque esta nueva
unión también estaba abocada al fracaso. Se separaron años más tarde, cuando
conoció a Mary Welsh en Londres, durante la Segunda Guerra Mundial. Hemingway asistió
como corresponsal al desembarco de Normandía y a la liberación de
París.
Además de sus obras ya mencionadas, publico otros títulos que fueron: “Tres relatos y diez poemas2 (1923), “En nuestro tiempo” (1924) y “Hombres sin mujeres” (1927), que
comprende el emblemático relato "Los
asesinos". En este cuento se advierte el peculiar estilo de Hemingway
que tanto influyó en varias generaciones de escritores. Su técnica narrativa se
basa en la utilización de diálogos coros que van creando una atmósfera de
suspense implícito, pues los hechos narrados no muestran toda la inquietante
realidad que subyace oculta debajo de la mera apariencia. El autor definía esta
técnica narrativa con el símil del témpano de hielo que sólo deja visible una
pequeña parte de su volumen mientras la mayor permanece oculta bajos las aguas.
Además del cuento mencionado, escribió otros que también consiguieron una
gran aceptación por la crítica y el público como son los títulos: "Un
lugar limpio y bien iluminado", "La breve vida feliz de Francis
Macomber", "Las nieves del Kilimanjaro", "Colinas como
elefantes blancos", "Un gato bajo la lluvia" y muchos más. En
los relatos mejores de Hemingway se advierte la presencia de un elemento
simbólico muy sutil sobre el que está construida la historia ,a modo de
metáfora, que el autor va desarrollando en la realidad narrativa.
En su obra se advierte siempre, como telón de fondo, el enfrentamiento de
un héroe moderno con la muerte, aunque sometido a un código de honor, por lo
que sus protagonistas siempre son hombres
con una vida dura y peligrosa, como son los boxeadores, soldados,
toreros, matones, cazadores y, en general, hombres de acción. Por lo tanto,
existe en su obra una evidente nota de romanticismo del siglo XX, en el que se
conjugan la acción, el amor, el sentido del honor y del deber, el escepticismo
y la nostalgia de aquello que quedó atrás, irremediablemente, como puede ser el
tiempo pasado y los seres o lugares ya perdidos
Los temas principales en este escritor son la muerte y el amor y, por ende,
las mujeres a las que cataloga sólo en dos grupos: las castradoras y las
esclavas del amor. Se le acusó durante muchos años de ser un escritor
“machista” por su visión de la relación hombre-mujer, con patrones o roles muy
definidos y a los que se podría llamar “tópicos”. También se acuso a Hemingway de homófobo, misógino y racista.
Los personajes de sus obras, héroes modernos como ya se ha dicho
anteriormente, no son seres que aman el riesgo y la muerte per se, sino que el tipo de vida que llevan es una forma solitaria,
pura y genuina, de reconocimiento del valor de la vida y, en algunas ocasiones,
la muerte es siempre un sacrificio para salvar otras vidas, hecho que redime la
propia muerte. Sin embargo, otros personajes de Hemingway ofrecen el contrapunto
de este tipo de héroe moderno, encarnados en el antihéroe, del que sirve de
ejemplo su famoso personaje Nick Adams, inspirado en la juventud del propio
autor. Este aparece en algunos de sus relatos y sirve de nexo de unión entre
esas historias diferentes, pero a las que les confiere un hilo narrativo común
que las convierte en diferentes episodios de una misma línea argumental.
Hemingway, en su obra, refleja la influencia del cuento norteamericano del
siglo XIX, pero depura esa raíces literarias, dotándolas de una atmósfera de
realismo cotidiano, pero también poético, que tuvo una gran influencia en otros
escritores que siguieron, más tarde, el camino trazado por Hemingway, como es
el caso de R. Carver, entre otros muchos.
Además de los relatos, Hemingway fue también autor de muchas novelas que
son más conocidas que aquellos, aunque se les considera menos conseguidas desde
el punto de vista estilístico. Además de las ya mencionadas, escribió “En tener
y no tener” (1937), obra en la que critica ferozmente las injusticias sociales
y económicas y que fue la única que
escribió en la década de los 30.0
Publicó “El viejo y el mar”, en
1952, una de las historias más hermosas y conocidas que se han escrito sobre el
mar y la lucha del hombre contra este elemento. Su protagonista es un modesto
pescador de la Habana, ciudad en la que vivió y escribió muchos años el propio
Hemingway, pero también conoció en ella la lucha contra la Naturaleza exuberante
del Caribe, pues era aficionado a la pesca y a la caza que practicaba con
asiduidad. Tenía un barco con el que le gustaba salir a navegar y pescar, al que llamaba Pilar.
El protagonista, Santiago, aunque todo el mundo le llama El viejo, es un
pescador de edad avanzada que no ha conseguido pescar nada en 84 días. Un día
muy temprano decide salir a pescar al mar en soledad, donde consigue pescar a
un enorme pez espada, con el que sostiene, durante tres días, una esforzada y
dura batalla para conseguir pescarlo. Durante ese tiempo, Santiago recuerda su
vida, especialmente en los años en los que conseguía, sin mayores dificultades,
una gran pesca. Recuerda, también, a Manolín, un joven que le ayudaba a pescar
hasta que sus padres le prohibieron que saliera a pescar con El viejo por la larga racha de mala suerte en
la que no conseguía pescar nada. Sin embargo, el chico siempre estaba dispuesto
a ayudarlo, pues El viejo erá su maestro y quien le enseñó los secretos de la
pesca.
Santiago, cuando ha conseguido pescar al pez espada, lo ata al lado de su
barca y lo intenta llevar hasta el puerto, pensando en lo mucho que podrá valer
y en la gran cantidad de personas a las que puede alimentar. Pero, la mala suerte
se ha cebado de nuevo en él y unos tiburones, atraídos por la sangre de la
presa, siguen al bote y terminan devorando un cuarto de pez espada, aunque El
viejo puedo matar a uno de ellos. Los tiburones vuelven al ataque y siguen
devorando al pez espada y Santiago consigue matar a otros cinco. Cuando llega
la noche ya han comido casi toda la carne del pez espada, del que sólo queda la
espina dorsal, la cola y la cabeza. Cuando llega a puerto, deja en la orilla su
bote con el resto del pescado, mientras se va a su cabaña a descansar por
encontrarse agotado, herido y hambriento. Los pescadores y turistas, al día
siguiente, quedan asombrados por la enorme dimensión del pez espada del que
sólo quedan las espinas. Manolín, al verlo, siente pena por haberlo dejado
pescar solo y le promete acompañarle en el futuro, sin hacer caso de lo
que digan sus padres.
Por esta novela obtuvo, en 1953, el Premio Pulitzer y el Premio Nobel de Literatura de dicho año
por el conjunto de su obra. Algunos estudiosos consideran a esta novela la
culminación de la obra de Hemingway, pues en ella se aúnan el humanismo (en
cuanto a la lucha denodada del
protagonista para combatir y ganar a su
mala suerte sin escatimar esfuerzo alguno, sobreponiéndose a todos los
infortunios) y la sobriedad estilística. Sin embargo, otros críticos piensan
que esta no es la mejor obra de este autor, porque en ella se advierte una
cierta intencionalidad didáctica.
Sin embargo, el final de Hemingway fue paralelo al de muchos de sus
protagonistas, como otro héroe moderno más.
Al final de su vida llena de aventuras, cuando se sintió cansado,
enfermo y profundamente deprimido, se suicidó como lo hicieron algunos de sus
personajes: disparándose con una escopeta de caza, herramienta útil para él, tan
aficionado a la caza y al contacto con la Naturaleza.
En la familia de Hemingway ya había antecedentes. Su padre se suicidó y sus
dos hermanos, Leicester y Ursula, también lo hicieron después de morir el
escritor; así como, treinta y cinco años
más tarde, lo hizo su nieta, Margaux. Parece ser que todos padecían la
enfermedad genética llamada hemocromatosis, que es una incapacidad para
metabolizar el hierro, lo que provoca un grave deterioro físico y mental.
Además, Hemingway había sido un gran bebedor durante toda su vida, lo que le
había acarreado un gran número de problemas médicos.
Su muerte por suicidio, su vida aventurera y su obra de estilo inigualable,
lo convirtieron en un mito de la
literatura norteamericana contemporánea, con resonancia en todo el mundo.
Hemingway había declarado muchas veces que su experiencia periodística le
había influido en su obra, tanto estilística como estéticamente. Por ello,
siempre escribió frases directas, cortas, contundentes y duras, omitiendo todo
aquello que no fuera necesario y no significativo.
Su estilo no sólo influyó en los novelistas de generaciones siguientes,
sino también en los reporteros y corresponsales posteriores que tomaron como
referente su forma de hacer periodismo.
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