Stefan Zweig
Ana
Alejandre
Stefan ZweiG (Viena,1881-Petrópolis, Brasil, 1942) escritor austríaco. Hijo de
una acaudalada familia judía, aunque no practicante de dicha religión, Su
padre, Moritz Zweig, fue un rico fabricante textil, y su madre, Ida Brettauer
Zweig, hija de una acomodada familia de banqueros italianos.
Estudió en la Universidad de Viena, en la que consiguió el título de doctor en
Filosofía. También realizó estudios sobre Historia de la Literatura,
conocimientos que le permitieron relacionarse con la vanguardia cultural
vienesa de la época. Y fue en ese período, hacia 1901, cuando publicó sus
primeros poemas, una colección titulada Silberne Saiten (Cuerdas
de plata), que estaba influenciada por en Hugo von Hofmannsthal y Rainer
Maria Rilke, aunque había traducido anteriormente a Charles Badelaire y a Emile
Verhaeren.
También publicó varios artículos en el periódico más importante de Viena,
el Neue Freie Presse, cuyo editor era Theodore Herzl, personaje
principal del Movimiento Nacional Judío. Por esta colaboración, con la que
demostraba su talento literario, pudo librarse de trabajar en la empresa
familiar.
Por la buena situación económica de su familia, Zweig se pudo permitir aquello
que más le gustaba después de la literatura como era viajar. Viajó
frecuentemente entre Viena, Berlín, París y Bruselas, En estos viajes conoció y
trató a poetas, escritores y artistas como Auguste Rodin, Rainer María Rilke,
Romain Rolland, W.B. Yeats, Pirandello y otros muchos, y comenzó a escribir
novelas cortas y obras teatrales que obtuvieron una buena acogida por el
público,
Desde el inicio de la Primera Guerra Mundial, Stefan Zweig se declaró
partidario del pacifismo y cultivó una gran amistad con Romain Rolland.
Finalizada la contienda, se instaló en Salzburgo (1918) y, ciudad en la
contrajo matrimonio en 1920 con Friderike Maria Burger von Winternitz, una
admiradora de su obra que había conocido ocho años antes. Dicho matrimonio
terminó cuando su esposa le sorprendió con su joven secretaria, Lotte, en un
hotel de la Costa Azul. Unos meses antes, el escritor había tomado la decisión
de abandonar su mansión de Salzburgo por miedo a la aviación nazi, que arrojaba
panfletos sobre la ciudad. Zweig hizo donación de algunos de sus libros a la
Biblioteca Nacional Austriaca y abandonó Austria para dirigirse a Londres con
su segunda mujer, en 1934. Ya entonces tenía problemas para publicar en
Alemania, aunque pudo escribir el libreto para “Die schweigsame Frau” (La
mujer silenciosa), ópera de Richard Strauss por imposición de su
compositor, que fue estrenada en Dresde y a cuyo estreno rehusó acudir Hitler,
aunque estaba anunciada su presencia. La obra, después de tres
representaciones, fue prohibida.
Como intelectual comprometido, Zweig se opuso vehementemente contra leas
doctrinas nacionalistas y el espíritu revanchista de la época. Esa cuestión le
inspiró escribió una larga serie de novelas y dramas, en lo que fue el período
más productivo de su vida, la la década de 1930 a 1940.Anteriormente, había
publicado el relato histórico “Momentos estelares de la humanidad” (1927),
que es una una de sus obras que cosechó mayor éxito.
Entre su obra literaria se encuentran también historias noveladas (“Erasmo
de Rotterdam” (1934); “María Estuardo” (1935); “Américo
Vespuccio”, (1942), así como una serie de ensayos de temas literarios e
históricos que son sus obras más más conocidas por el público. Entre ellas se
pueden citar los títulos de “Verlaine” (1905), “Verhaeren” (1910),
“RomainRolland” (1920),”Tres maestros (Balzac, Dickens,
Dostoievski) “(1920), “La lucha contra el demonio” (1925)
y “La curación por el espíritu” (1931).
En cuanto a la novela, siguió cultivando preferentemente ese género literario,
creando un estilo literario muy personal que ofrecía un especial estudio
psicológico de los personajes, unido a una excelente técnica narrativa.
En 1934 publicó su triple biografía Mental Healers, a la vez un
ensayo sobre los orígenes de la ciencia cristiana (religión espiritualista
fundada por Mary Baker Eddy) y el psicoanálisis.
En estos años es “Jeremías”, obra teatral antibélica, que publicó
mientras estaba en el Ejército del Imperio Astrohúngaro, publicado mientras
duró su exilio en Suiza, inspirada en la I Guerra Mundial que fue estrenada en
Nueva York en 1939.
El suidiio de Stphan Zweig
Todo suicidio es un enigma, incluso para los seres más cercanos al suicida
.El detonante final puede ser muy distinto a los que lo que suponen los demás,
En el caso del autor austríaco, parece ser que fue debido a un proceso de
desarraigo que terminó minando la voluntad de vivir del escritor. El
sentimiento de desarraigo comenzó en 1934, cuando marchó de Austrias rumbo a
Londrés, Bath y Nueva York, en una búsqueda constante de un retiro espiritual
que nunca encontró. El profesor George Prochnik cuenta esos últimos días en el
libro 'The Impossible Exile' (Other, 2014), que revela
muchos datos sobre las amargas vivencias del matrimonio Zweig.
Zweig y su esposa se mudaron a una casa a las afueras de Bath, (ciudad en el
condado ceremonial de Somerset, en el sudoeste de Inglaterra)., aunque afirmaba
sentirse más aislado que en ningún otro lugar del mundo, según le dijo a un
amigo en 1939. Se inquietaba porque los nazis pudieran llegar hasta el Reino
Unido, Aunque la invasión nazi nunca se produjo, los aviones de la Luftwaffe
destruyeron Bath en abril de 1942, aunque el matrimonio Zweig ya se había
instalado en Nueva York.
Zweig no encontraba la paz en ningún sitio. Se sentía desilusionado por el
recuerdo de la Europa que ya no existía y que él añoraba e incapaz de aceptar
el fracaso de su sueño europeísta, sintiéndose expulsado de su país y de la
ciudad en la que se había criado y también humillado al ver que el nazismo se
había apropiado del idioma alemán.
El escritor echaba de menos los cafés europeos y frecuentaba a menudo la
biblioteca de la Quinta Avenida de la ciudad neoyorkina. Se sentía mal porque
oros otros refugiados centroeuropeos, le llamaban constantemente para pedirle
dinero. Entre ellos se encontraba su amigo Klauss Mann que definió a Zweig
cuando lo encontró en Nueva York, como "un sonámbulo que escucha su
nombre". El escritor le dijo "No somos sino fantasmas o
recuerdos", y le confesó que no sabía si merecía la pena seguir viviendo
como una sombra en Nueva York.
Había días en los que se definía con sarcasmo como "ex escritor y experto
en visados" y, otros, padecía lo que sus amigos llamaban el síndrome de la
mujer de Lot: una angustia que lo paralizaba al contemplar la destrucción del
continente europeo al que dedicó su obra y en cuya unión nunca dejó de creer.
Ni Zweig ni Lotte se encontraban a gusto y enseguida empezaron a buscar un
refugio fuera de Manhattan. Entre varias opciones, decidieron, al
final, instalarse en el suburbio de Ossining, por su cercanía con la ciudad a
la podían llegar en apenas una hora y le ofrecía tranquilidad necesaria para
escribir. Era el mejor reflejo del mundo de ayer al que tanto añoraba el
escritor.
El escritor y su esposa pensaron en la posibilidad de marcharse a Cuba pero, al
final decidieron instalarse en Brasil y mar4charon para ese país en 1941. Era
la segunda vez que Zweig visitaba dicho país, pues había estado anteriormente
en 1936. Se instaló el matrimonio en Petrópolis, ciudad en la que construyó su
palacio de verano Pedro II y donde se instalaron cientos de alemanes por su
clima fresco y su cercanía a la gran ciudad.
Publicó a su llegada su obra “Brasil, país de futuro” de la que vendió
miles de ejemplares, aunque le valieron muchas críticas por parte de la
izquierda brasileña, por sus muchos tópicos y su defensa implícita de la
dictadura de Vargas.
Trabó amistad en Petrópolis con un médico alemán, varios intelectuales
franceses y la poetisa chilena Gabriela Mistral
Zweig siguió releyendo clásicos como Tolstoi o Goethe y filósofos como
Montaigne, pero también realizaba salidas lúdicas y bajó con su esposa al
carnaval de Río siete días antes de morir. Su ánimo decayó cuando leyó, al día
siguiente de asistir al carnaval, las noticias sobre los avances nazis en Asia
y Oriente Próximo. "Europa se ha suicidado", repetía una y otra vez
lleno de pesar y desaliento., según manifestaron los amigos que se reunían con
él en un café de Río de Janeiro.
Al volver a Petrópolis, Zweig donó sus libros a la biblioteca y envió sus
manuscritos a varios a archivos fuera de Brasil. Su inseparable 'fox terrier'
se lo regaló a su casera, en una enigmática carta que era el preludio de su
decisión de quitarse la vida. Quemó después los papeles que aún tenía en una
hoguera en el jardín e invitó a cenar el sábado 21 de febrero a su amigo Ernst
Feder que escribió en su diario que Zweig y su esposa habían sido muy amables y
que padecían últimamente de insomnio.
Dos días después, un criado encontró los cadáveres del matrimonio
tendidos sobre su cama. Sobre la mesilla había unas monedas, una caja de
cerillas y dos vasos vacíos. Dejó una carta de despedida.“Saludo a todos mis
amigos. Ojalá puedan ver el amanecer después de esta larga noche. Yo, demasiado
impaciente, me voy antes de aquí”.
Después de su muerte y, a pesar de ser un escritor muy reconocido en la década
de 1930 a 1940,especialmente, ha caído en el olvido.